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MENOS DE 100 YAGUARETÉS EN MISIONES

Los resultados del monitoreo poblacional de la especie realizado en 2022 indican que, en comparación con datos previos, la población se encuentra estable, con un tamaño total estimado entre 72 y 122 yaguaretés (con una media de 93).

A través de la cooperación entre los países que integran una de las regiones donde vive el tercer felino más grande del mundo, se difunden los resultados del relevamiento que se realiza periódicamente desde hace 20 años para monitorear a la población de yaguaretés del Bosque Atlántico del Alto Paraná.

La población de la región se encuentra estable hace seis años con alrededor de 90 a 100 animales adultos. El número indica que los esfuerzos de conservación por la especie aún son cruciales para su conservación.

El estudio se realiza sobre el mayor remanente de Bosque Atlántico del Alto Paraná en el mundo, integrado por la selva misionera (de Argentina) y los Parques do Iguaçú y do Turvo (de Brasil). El mismo abarcó más de 580.000 hectáreas y se colocaron 224 estaciones de muestreo provistas con cámaras trampas.

Este trabajo se realizó de manera conjunta entre los equipos de científicos de Proyecto Yaguareté de Argentina (CeIBA-UNAM-CONICET), y Proyecto Onças do Iguaçu de Brasil (ICMBio-PNI), que cuentan desde hace más de 20 años con el apoyo de la Fundación Vida Silvestre Argentina, WWF-Brasil y otras instituciones. 

Los resultados del monitoreo se presentaron en una conferencia de prensa realizada en Posadas, con la participación los referentes del proyecto.

La especie se encuentra en peligro crítico de extinción en Argentina debido a la pérdida de hábitat, el atropellamiento en rutas y la caza ilegal del felino y sus presas.
 
La conservación de este felino va mucho más allá de la protección de una sola especie. La conservación exitosa del yaguareté es fundamental para mantener los bosques saludables, las reservas de carbono, la biodiversidad, la disponibilidad de agua y el patrimonio natural y cultural. Estos esfuerzos no solo protegen toda la vida silvestre en el paisaje que representa el hábitat del yaguareté, sino que también ayudan a diversificar las oportunidades económicas para las comunidades locales y contribuyen a mitigar y adaptarse al cambio climático global.