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VIVÍAN BAJO UNA ESCALERA, EL EVITA LES PRESTÓ SU LOCAL

Familia vivía bajo una escalera con tres hijos, dos con patologías. Esperan solución habitacional del Estado. 

La lluvia del fin de semana generó más angustia en Carmen Silva y su esposo, Gustavo Gómez. Con sus tres hijos de 7, 9 y 11 años, llevaban meses viviendo en la escalera de un edificio en Villa Cabello, a pesar de haber solicitado ayuda en varias oportunidades a las instituciones de la provincia.
Esta familia alquilaba una casa y ya no pudo seguir pagando el alquiler. El padre de familia se enfermó, tiene hernia de disco, lumbalgia crónica, y se vio imposibilitado de seguir trabajando.


Así estaban viviendo, prácticamente a la intemperie, hasta que se contactaron con los militantes del Movimiento Evita. Junto con el diputado Martín Sereno (Partido Agrario y Social) activaron una serie de gestiones para conseguirles un lugar más habitable.
En principio, las autoridades provinciales ante quienes gestionó el diputado, prometieron ocuparse de la problemática. Mientras llegue la solución, ante la situación de los chicos y con las inclemencias del tiempo, no se podía esperar. Decidieron trasladarlos al local del Evita con sus pertenencias.


Vivir en una escalera es una situación indigna
«Es muy doloroso ver estas situaciones que son varias y todas terribles. Familias viviendo en carpas, o en lugares muy precarios, y más en estos tiempos de cuarentena por la pandemia, en los que las personas deberían estar más protegidas y con los servicios básicos resueltos.
Por la indignación ante semejante abandono, decidimos proponerles un techo provisorio en el local del Movimiento Evita. Con los compañeros y compañeras (Paula Ávalos, Maxi Rodríguez, Regina Egert, Javier Domínguez, Gloria González, Emilce Pérez y Sergio Cabaña, entre otros) hicimos la mudanza transformando la realidad humillante de esta familia, tratando de darle algunas condiciones de dignidad que es lo mínimo que debería garantizar el Estado», enfatizó el legislador.

Sereno habló con algunas autoridades provinciales que pueden brindar una solución a esta familia: la ministra de Desarrollo Social, el subsecretario de Acción Social; el Jefe de Gabinete, el presidente del Iprodha, y el Defensor del Pueblo de Posadas, Alberto Penayo. Éste junto a trabajadoras sociales realizaron un informe socio ambiental de la familia, cuyo resultado fue enviado al ministro coordinador de Gabinete de la provincia, Víctor Kreimer. Solicitan que se atienda el problema habitacional, considerando «que dos de los tres chicos padecen problemas de salud, y es urgente solucionar la falta de una vivienda confortable», indica la nota que acompaña el informe.


«Sobrevivimos gracias a los comedores»
El matrimonio cuenta que cuando se contactaron con los jóvenes y el diputado Sereno fue a verlos, no podían creer que alguien se ocupara de ellos y que los trasladaran bajo un techo provisorio. «Miramos a los chicos que ríen y juegan, con la tranquilidad de contar con un lugar con baño y cocina, después de meses teniendo como único lugar una escalera», señalaron Carmen y Gustavo muy agradecidos.
Esta familia es otra más de las tantas que fue arrasadas por el macrismo. Desde diciembre no pudieron pagar más el alquiler y quedaron en la calle.
«Todo empeoró cuando mi marido se quedó sin trabajo después de enfermarse. Vimos que ya no podíamos pagar el alquiler sólo con la Asignación Universal de los chicos.


Para comer nos arreglábamos en el comedor del barrio o con ayuda de las vecinas. Pero al no tener adonde ir, con nuestras cosas nos asentamos en una carpa en un terreno desocupado; pero el dueño nos desalojó y unos vecinos solidarios nos guardaron las cosas y nos quedamos en la escalera de un edificio.
Durante el día andábamos por la calle, en la plaza y comíamos en la parroquia «La medalla milagrosa», y a la noche dormíamos en colchones en la escalera. Hasta que en el comedor nos contactamos con los militantes del Evita, y nos fue a ver Martín Sereno», relata.

«Confiamos en que las autoridades nos ayuden»
A la joven le preocupa la situación de sus hijos y la escolaridad. Como el resto de los chicos, no están yendo a la escuela. Pero igual tratan de hacer la tarea, aunque al vivir en esas condiciones están atrasados, y además con problemas de salud. «El más chico sufre de tiroides, y desde hace dos meses está sin medicación porque aumentó mucho el precio. El del medio tiene problemas del corazón. A todos esta situación nos afectó la salud. Yo tengo gastritis nerviosa, bajé 30 kilos, y se me está cayendo el pelo. Pero me sostengo por mis hijos», destaca. Desde el momento en que quedaron en la calle, Carmen y Gustavo no se quedaron quietos, y tocaron todas las puertas posibles. «En Desarrollo Social nos dieron una cucheta, que no tenemos dónde ponerla, y unas bolsas de mercaderías. Estamos agradecidos a la iglesia, a los vecinos que nos guardaron nuestras cosas y por supuesto a los militantes comprometidos», expresa. 

El sueño de Carmen es tener su casa propia donde puedan vivir con sus hijos. «Pagábamos un alquiler de ocho mil pesos; pero después ya no podíamos seguir. Yo trabajo dos veces por semana en una casa de familia, y me pagan 500 pesos por viernes, con eso compro azúcar y leche que es lo que más consumen mis hijos», subraya.
Confía en que el Gobierno les brinde una solución, y mientras, agradecen reiteradamente poder estar en el local del Evita, durmiendo abrigados bajo un techo junto a sus hijos

FUENTE: PRENSA PAYS