SIGUEN INCUMPLIENDO LA LEY
Para el diputado Gervasoni , la Justicia ciega, sorda y muda, sigue incumpliendo la Ley XII Nº 28, en referencia al caso de una mujer en El Soberbio, donde su marido la abandonó con 2 hijos, formó otra familia y ahora la hizo desalojar por la Justicia.
«A veces la ley, además de ser ciega, no parece para nada justa». expresó el diputado que suele tener activa participación en defensa de las familias que afrontan desalojos, justamente prohibidos por la ley.
«Sino que lo diga Gladis Ferreira, una mujer de 60 años, que usa muletas para desplazarse por un problema en las caderas, y que hoy lunes está aguardando un camión para llevarse sus pertenencias de la casa donde crió a sus dos hijos sola, sin ayuda del padre, contra viento y marea», detalló.
Esta señora vive en El Soberbio y hace 13 años su marido (un ex gendarme) la abandonó para irse con otra mujer más joven y formar una nueva familia. Gladis quedó a cargo de sus dos hijos y tuvo que hacer frente a la crianza sola, sin ningún aporte del hombre. Con esfuerzo logró construir la casa donde viven, que está asentada sobre un terreno que estaba a nombre del ex marido. El hombre nunca aportó para la manutención de sus dos hijos. Sin embargo, ganó un largo juicio para que le restituyan el terreno y ahora el juez en lo Civil y Comercial de Oberá, Alfredo Cassoni, libró la polémica orden de desalojo para ejecutar la sentencia.»
Según explicó el diputado, «la orden es polémica, además, porque contraviene una ley provincial que protege a personas como Gladis, que está inscripta en un padrón de IPROHDA que protege a personas con determinadas características de vulnerabilidad social contra órdenes de desalojo de este tipo.»
Más adelante cita la publicación de Economis: “Sin embargo, el juez prosiguió adelante con la orden de desalojo que se iba a realizar el lunes pasado y al final se pasó para hoy”, dijo el abogado de San Vicente, Marcelo Boilini, que representa a Ferreira. Boilini dejó en claro que a pesar de que es polémica la sentencia de fondo que le restituye el terreno al hombre, lo que está en tela de juicio es la ejecución de esa sentencia con el desalojo por estar Ferreira protegida por esa ley provincial».
Por si fuera poco, Gladis Ferreira usa muletas, vive sola porque sus hijos se fueron a trabajar a otras provincias, y subsiste gracias a una pensión por discapacidad. El terreno en cuestión está ubicado en pleno casco urbano de El Soberbio, a una cuadra del popular autoservicio Ceferino y escasos metros de la Costanera sobre el río Uruguay.
Otro caso lamentable de justicia que incumple la ley vigente y desampara a una mujer en extrema vulnerabilidad.