COBRAN Y ENCIMA NO ARREGLAN LOS CAMINOS
En Picada Los Pinos de San Vicente viven más de 70 familias agricultoras que se esfuerzan para producir y salir adelante. Hace unos días convocaron a una reunión al diputado Martín Sereno (Partido Agrario y Social). Le plantearon su preocupación porque las autoridades municipales prometieron la reparación y entoscado de caminos a cambio de una suma que supera los 240.000 pesos.
Es tanta la necesidad de caminos transitables, especialmente para sacar sus productos, que entre todas las familias juntaron en diciembre el dinero y pagaron; pero siguen esperando las máquinas.
«Estuvimos con las y los productores y vimos su desesperación ante el incumpliento del intendente Fabián Rodríguez; aún cuando las familias ya entregaron la plata al responsable del consorcio vecinal», dijo Sereno.
Calificó al hecho como «una barbaridad porque el Municipio tiene la obligación de arreglar los caminos como un servicio a su pueblo, y no cobrarle como si fuera una empresa privada, o un supermercado», cuestionó.
Las familias relatan que ni el ex intendente Valdir Dos Santos, ni Rodríguez se ocuparon de los caminos. Con el agravante de que se sienten «estafados económicamente».
Esto mismo hicieron en la Picada Maderil donde los colonos pagaron 58 mil pesos para que la máquina compacte el camino y pasó una sola vez.
«Las reparaciones son urgentes porque con cada lluvia el camino se torna intransitable. Al punto que hace 15 días tuvieron que pagar a un particular para que pase la máquina; no podían salir ante semejante lodo», detalló el legislador.
«Nos cobraron por los caminos y ahora van por las tierras»
Estas familias viven en Los Pinos desde hace más de 20 años. De la anterior administración municipal recibieron documentación que avala el comodato a través del cual les cedieron esas tierras.
«Pero meses atrás, la Municipalidad convocó a los vecinos a una reunión y les notificó que debían pagar 20 mil pesos por hectárea. Como se trata de más de 1200, la suma total es de 24 millones de pesos en el lapso que dura el mandato comunal actual», manifestó Sereno.
En ese sentido, Lorena Zabitko, una de las productoras, reclamó que le pagaron al consorcio vecinal Picada Los Pinos el arreglo del camino. Se trata de una figura constituida por vecinos y el Municipio para realizar obras de infraestructuracuando. En realidad «es una obligación del gobierno. Y ahora nos piden una fortuna por las tierras donde desde hace muchos años vivimos y trabajamos. Estamos angustiadas porque fuimos engañados después que nos presionaron para que entreguemos la plata», lamentó.
Esta madre vive en la Picada con su esposo y dos hijos desde hace más de 16 años. Pero hay otros vecinos que llevan 20 años habitando el lugar. «Cuando vinimos esto era monte cerrado, y entre todos mejoramos la zona. Construimos nuestra casita, plantamos un poco de yerba, tabaco, y con esfuerzo hicimos un potrero con animales», contó.
Lorena recordó que en agosto del año pasado tuvieron el pedido para arreglar los caminos. «Y juntamos un poco más de 240 mil pesos y le entregamos al presidente del consorcio, Leandro Daniel Bos, que trabaja con el Municipio.
A cada vecino nos dio un recibo por la suma que pusimos; y nos aclaró que esa plata es parte de los impuestos que no pagamos por las chacras y las tierras. Por eso según el intendente no tenemos derechos, salvo que paguemos por la tierra».
«Es imposible pagar lo que nos piden»
Las familias productoras lamentan la situación porque es tiempo de sacar el tabaco y la yerba; pero en estos días de lluvia, con las condiciones del camino se les complica.
«Nos preocupa la situación de las tierras, porque en cada cambio de intendente vuelven a mensurar; y ya no son los mismos lotes de la mensura anterior. Por ejemplo, de 19 mil, al subir la tasa municipal aumentó a más 20 mil, y es imposible pagar. Fabián (Rodríguez) dice que el pago es por los tres años de gestión que le quedan; pero a nosotros nos ampara un comodato que firmamos con Valdir Dos Santos», afirmó Lorena.
Agregó que muchos colonos acordaron entregar su yerba en blanco. Pero cuando fueron al Municipio a pedir el certificado del yerbal de su lote para presentar al Inym, el intendente respondió que primero debían pagar la cuota de 20 mil pesos por hectárea.
Todas las familias que habitan y trabajan en la Picada quieren la tranquilidad de contar con los papeles de las tierras, «pero nos dicen que lo firmado antes no sirve porque cambiaron la disposición de los lotes», explicó preocupada.
Las familias llevan más de 20 años en la Picada
Luisa Rotela es una de las integrantes de las familias productoras de Paraje Los Pinos. Sus padres fueron los primeros moradores del lugar hace más de 20 años. Sus hijos siguieron trabajando en la chacra, produciendo, plantando tabaco, verduras y cultivos anuales, criando animales y luchando para vivir lo mejor posible.
«Los caminos de nuestro Paraje están intransitables, hay lugares por los que no se puede pasar ni en moto. Sólo queda meterse dentro de los yerbales. Nos preocupa que entre todos pagamos más de 200 mil pesos por los caminos, y ya pasaron cuatro meses. Yo tengo 36 años, y no me acuerdo la última vez que vino una máquina al camino principal que es la Ruta 15. El otro día surgió un inconveniente con un chico y tuvimos que sacar la camioneta 4×4 con un tractor porque quedó empantanada».
También luchan para que se resuelva el tema de las tierras sin pagar los 20 mil pesos que exige el intendente por hectárea. «Entre el lote de mi papá y los nuestros tenemos 36 hectáreas. Tendríamos que pagar más de un millón de pesos, y en tres años. No sabemos por qué ese monto, ni esos plazos, nadie nos explicó y no vimos ningún papel», enfatiza Graciela.
Un comodato que avala a las familias
Rita Pintos y Élida Ysabeta, son otras dos madres de la Picada Los Pinos y sufren el abandono de los caminos. Con mucho esfuerzo juntaron el dinero con la promesa de arreglar los caminos. «Y a eso se suma el miedo de que si no pagamos las tierras nos pueden desalojar. Somos productores que queremos vivir dignamente y con servicios básicos: agua, luz, caminos, el derecho a estas tierras en las que producimos»,indicó Rita.
Elida Ysabeta vive con su familia, y su suegro de 83 años. Si deben llevarlo de urgencia al médico, sólo es posible con un carro o tractor, porque el camino es un pantanal. Subraya que para llegar a su casa tiene que pasar por el patio de un vecino, porque no hay puente, o atravesando un yerbal. Y es lo mismo con los chicos que necesitan transitar ese camino para ir a la escuela. «También hay un aula satélite que fue construida por los padres, la Municipalidad ni la provincia jamás se ocuparon».
Élida recuerda que pasaron 8 años desde que entró una máquina a la colonia. «Me acuerdo bien porque fue en la semana que nació mi hijo que ahora tiene 8 años, después nunca más. Nos duele que nos mientan porque cuesta mucho ganar el sustento. Y si cada familia entregó un aporte, fue porque tener buenos caminos es muy importante para las familias, pero no nos sobra la plata», destacó la mujer con pesar.
FUENTE: PRENSA PAYS