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PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE BLOQUERAS

Más de 200 unidades productivas del país se reunieron en Ezeiza, en el marco del primer encuentro nacional. Lo organizó la secretaría de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a cargo de Pablo Chena.

Por Misiones participaron trabajadores de más de diez bloqueras nucleadas en el Movimiento Evita. Son de Posadas, Mado, Santa Ana, Candelaria, San Ignacio, Jardín América, Puerto Piray, Colonia Delicia y Puerto Esperanza.

En ese encuentro, la mayoría de las y los trabajadores reclamaron al Estado una política integral que incluya capacitación; acceso a maquinarias y financiamiento y participación en pequeñas obras públicas. Además, certificaciones, apoyo técnico, cooperativismo, y otros temas relevantes al sector. Las características son las de la economía popular, basada en el trabajo mancomunado, el compañerismo, la solidaridad y la ética.

Los del Evita y TTT

Por el Movimiento Evita y el Espacio Tierra, Techo y Trabajo, viajaron Ariel Rivarola, Rubén López, Soledad Franco, Luis Ayala; Luis Alberto Fernández, Claudio Osorio, Juan Carlos Gavilán, Jorge Pereyra, Juan Carlos Cáceres y Marcos Frelig. Junto a otras organizaciones sociales sumaron más de 20 las unidades productivas convocadas.

«La jornada fue muy satisfactoria. Asistimos a un conversatorio sobre la militancia y el compromiso con lo que hacemos en relación a la economía popular; y las grandes diferencias de nuestro trabajo con la economía capitalista. Para nosotros priman los valores de la economía popular: el compañerismo, la solidaridad, el compromiso y las buenas prácticas», dijo Ariel Rivarola, de Puerto Mado.

Fomentar el cooperativismo y generar trabajo

En el Encuentro hubo varios módulos de debate que incluyeron específicamente el trabajo de bloqueras y premoldeados en general. Se hicieron propuestas acerca de la necesidad de certificar el producto a través de alguna universidad; y debates sobre la organización financiera y comercial de las unidades productivas. También sobre maquinarias, innovación y todo lo relacionado a la tecnología para poder desarrollar los bloques de la manera más eficiente posible.

En líneas generales, sostuvo Ariel, se habló del impulso que «debemos dar a las unidades desde las políticas públicas. El pedido que le hacemos al Estado es que intervenga haciéndonos partícipes del círculo económico que es el rubro de la construcción. Nosotros fabricamos los bloques y participamos en hacer viviendas y otras edificaciones en las que podríamos proveer los materiales y la mano de obra. Eso es generar trabajo y es una de las políticas públicas en las que hicimos hincapié todos y todas los y las que participamos», acotó.

Uno de los temas preocupantes es que de todas las unidades productivas que participaron del encuentro nacional, pocas estaban constituídas en cooperativas. «Esa es una deuda que tenemos para después exigir al Estado que intervenga más en nuestro trabajo. Es uno de los desafíos para Misiones: fomentar el cooperativismo en las unidades productivas. Fue muy provechoso para hacer vínculos; y por el aprendizaje práctico que tuvimos en el encuentro que se hizo en el Centro Recreativo Nacional de Ezeiza», relató el trabajador misionero.

Fondo solidario para comprar insumos

Una de las tres unidades bloqueras del Evita en Puerto Mado se llama «Cultura Artesanal», y funciona en el barrio Los Compadres. El grupo trabaja con una máquina que compró hace un año con el fondo solidario que entre todos aportan mensualmente.

«Es una máquina a la que tuvimos que arreglar y ponerla a punto. Con las ventas y ayuda del fondo común hicimos un playón donde fabricamos nuestros bloques. Nivelamos los pisos con cemento para trabajar con la máquina semi-industrial a la que se la conoce como ´ponedora de cuatro bloques´. Los insumos que utilizamos también salen del fondo solidario del grupo. Al vender los bloques, el dinero vuelve al fondo; y cuando escasea la venta, los ladrillos quedan para el galpón comunitario que estamos construyendo», subrayó Ariel.

Para la compra de la mezcladora, hicieron ventas de pollo a la parrilla. Esa plata la sumaron al dinero del fondo para comprar la hormigonera.

Uno de los objetivos del encuentro fue avanzar en medidas para mejorar la producción y los ingresos. En el país existen más de mil bloqueras de la economía popular. Los trabajadores buscan que el Estado los ayude a tecnificar; que haya un acompañamiento técnico para poder certificar los bloques a través de las normas Iram. De esa manera ser proveedores, de los planes de viviendas que se hacen en todo el país, y acceder al mercado formal”, señalaron los trabajadores.

La bloquera en Jardín reúne a muchas mujeres

Soledad Franco, militante del Movimiento Evita, trabaja en la bloquera «San Antonio» ubicada en el barrio del mismo nombre, en Jardín América. También participó del Primer Encuentro Nacional. Su unidad productiva funciona desde hace dos años en una tierra prestada por un compañero del  Evita. Son 17 personas que además de la bloquera trabajan en la producción de huertas y textiles.

Para la mayoría de las mujeres que comenzaron con esa tarea les significa un gran esfuerzo. Lo hicieron motivadas en la posibilidad de fabricar ladrillos para construir y mejorar sus propias viviendas y hacer los muros. El trabajo se hace manualmente y la producción la comercializan en los barrios y con la misma organización.

«Con nuestros bloques se construyeron iglesias y varios muros de nuestros vecinos. Como militantes hacemos trabajos sociales ayudando a rehacer paredes de las viviendas de familias necesitadas. Generalmente producimos unos 1500 ladrillos por semana y trabajamos con moldes. Pero como los hacemos en un tinglado de madera, debemos tener cuidado con la lluvia y la humedad», explicó Soledad Franco. Dice que el 80% de los trabajadores de unidades bloqueras no conforma una cooperativa porque carecen de tierras propias. La mayoría trabaja en terrenos prestados o alquilados; y fabrican manualmente porque les faltan materia prima y maquinarias por su alto costo.

De la jornada participaron las Facultades de Arquitectura de la Universidad Nacional de San Martín y la de Buenos Aires. También empresas de maquinarias para la fabricación de bloques. Se espera que el Gobierno prepare una línea de financiamiento para la compra de estas máquinas. 

FUENTE: PRENSA TTT