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EL DESARROLLO DEL RPA: UN CASO DE ÉXITO

El desarrollo del RPA tuvo un momento clave en marzo de este año. El presidente Alberto Fernández firmó en Bariloche un acuerdo con la empresa estatal rionegrina INVAP. Se trata de la adquisición de 5 radares 3D de largo alcance RPA-200. El acuerdo, valuado en 9.200 millones de pesos, se pagará a través del Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF).

La reactivación del desarrollo de radares va a impactar en el trabajo de 150 PyMEs, involucradas directa e indirectamente en la cadena de producción. Darío Giussi, gerente de Defensa, Seguridad y Ambiente de INVAP señaló que el RPA tiene más del 80% de contenido argentino en su producción. La cadena de valor que se produce es trabajo genuino, nacional, y puede tener valor para otros usuarios”.

El convenio se firmó en el marco de un plan a tres años. Además de la fabricación de los radares incluye la instalación de su estructura civil asociada, simuladores, sistemas informatizados de control de operaciones, capacitación y mantenimiento.

Asimismo, fomentará el desarrollo de tecnología nacional estratégica para la Defensa y la Seguridad al avanzar en proyectos de radares multifunción; de búsqueda y vigilancia aerotransportado, aérea y de superficie. El Ministerio de Defensa ya había destinado el año pasado, otros 535 millones de pesos en diferentes contratos con INVAP.

Este año, la cartera, a través del FONDEF destinará 2.700 millones de pesos para fortalecer los sistemas de vigilancia aéreo y marítimo.

Los múltiples propósitos del RPA

“Estamos trabajando para conformar una doble línea de radares destinada a aumentar el control de todo el tránsito aéreo y, fundamentalmente, constituir una barrera para evitar el narcotráfico”, informó el exministro Agustín Rossi luego de la firma.

En ese sentido, la titular de FadeA Mirta Iriondo señaló que “en la carrera tecnológica, la competencia es constante; y el área de defensa es uno de los lugares donde más se nota esta dependencia tecnológica. Lo que hay que hacer es buscar nichos donde se puedan hacer desarrollos tecnológicos que sean sustentables, pero no es una tarea sencilla”. Fue en 2014 durante una entrevista con la agencia TSS. Agregó que “la radarización del país es un ejemplo claro de un sistema de armas totalmente necesario para la defensa; y el ejercicio de la soberanía sobre nuestro territorio. También se le puede dar un uso subsidiario, como puede ser el control de narcotráfico”.

El Brigadier ® Guillermo Saravia señaló en su exposición para la Diplomatura en Comunicación y Defensa Nacional de la UNDEF, que el RPA es resultado de “20 años de experiencias de fracasos”. A partir de los primeros 7 radares sin uso que recibimos de Gran Bretaña en 1950; como compensación por materias primas enviadas durante la Segunda Guerra Mundial. Con el Decreto 1407 que firmó Néstor Kirchner en 2004 nace el SINVICA (Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial). Y con él el desarrollo de la tecnología del radar nacional.

Los primeros pasos

Los primeros contactos entre el personal entrenado de la Fuerza Aérea con el INVAP permitieron “unificar la expertise del usuario con el desarrollador de tecnología”. Surgió así el radar secundario monopulso argentino aplicado al control civil. A partir del prototipo comenzó la producción en serie, y en sólo 4 años Argentina pasó de no tener radares a la cobertura casi total de sus rutas, con 28 instalados en todo el país.

Eso permitió el desarrollo del RPA. Según Saravia “lo que hizo el INVAP con la Fuerza Aérea fue único. En 4 años teníamos instalado el RPA, la velocidad fue espectacular, sumado a que la logística y el mantenimiento son a nuestra medida.”

El impulso se debe además a la reciente aprobación por ley del FONDEF, que destina este año el 0,5% de los recursos corrientes de la Administración Pública a reequipar a las FFAA y el año que viene el 0,65%. Y fundamentalmente a lo que determina su artículo 3: “Favorecer la sustitución de importaciones, el desarrollo de proveedores y la inserción internacional de la producción local de bienes y servicios orientados a la defensa”.

Mapa interactivo de la ubicación actual (en celeste) y futura (en verde) de los radares

A su vez, responde a lo explicitado en la Directiva de Políticas para la Defensa Nacional aprobada por decreto el 19 de julio, que en el apartado de las Instrucciones establece la “priorización de las capacidades de vigilancia, comando, control y comunicación”, con el establecimiento de un sistema de “alerta temprana estratégica”, con el objetivo de lograr la “eficacia en la misión principal del Instrumento Militar”.

La DPDN establece además como una de las principales prioridades de inversión la de “sistemas C4I2VR (Comando, Control, Comunicación, Computación; Inteligencia, Interoperatibilidad; Vigilancia y Reconocimiento).

Es la política

Es decir, la máxima herramienta generada por el poder civil, elegido democráticamente por el pueblo argentino, indica la política que orientó y permitió el desarrollo del RPA. Su ejecución fue posible mediante la aprobación de otra herramienta fundamental: la ley de creación del FONDEF. Sin recursos nada es posible. Y se suma la sinergia de los años de experiencia como usuarios del personal de la Fuerza Aérea, operando los radares de distinto origen tanto de uso militar como civil. Todo el control aéreo de las rutas comerciales del país estuvo siempre bajo su responsabilidad. Y, finalmente, la sinergia con la empresa estatal INVAP, cuyos avances tecnológicos y su orientación al desarrollo de productos exportables permitió la formación de recursos humanos capaces de afrontar el desafío.

Confluencia que se logró con un objetivo claro: avanzar hacia la soberanía tecnológica para la Defensa. Además, el desarrollo del RPA tuvo un impacto notable en la recuperación de la industria, ya que la cadena de valor moviliza a más de un centenar de PyMEs. Todo un símbolo de éxito.