PENAYO "MUY SATISFECHO" CON LA GESTIÓN - La Otra Campana
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PENAYO «MUY SATISFECHO» CON LA GESTIÓN

Luego de 6 años al frente de la Defensoría del Pueblo de Posadas, Alberto Penayo finaliza su gestión «muy satisfecho». El 10 de diciembre asumirá en su reemplazo la abogada Valeria Fiore, especializada en mediación. Vienen trabajando juntos hace unos 2 meses para la transición. El defensor saliente cree que habrá continuidad en las políticas básicas, y entrega una dependencia fortalecida, tanto en lo material como en lo institucional.

Penayo inició su gestión en noviembre de 2017. Era defensor suplente de Alejandro Cohen. Ante su fallecimiento, tomó las riendas de la institución. En 2019 fue propuesto para la candidatura en todas las boletas de la renovación, con lo cual fue elegido por el voto popular.

En diálogo con La Otra Campana aseguró que se hizo cargo de la Defensoría que prácticamente no tenía recursos para funcionar. Un sólo automóvil, ninguna sistematización del trabajo y poco personal. En ese sentido destacó lo que considera su mayor logro: haber incorporado al patrimonio los expedientes. Hoy su sucesora encuentra en ellos lo más valioso para la gestión. Cada acción de la Defensoría está registrada en su correspondiente expediente. Además, la oficina está dotada de al menos 50 computadoras, vehículos, y un equipo de personal técnico especializado en resolución de conflictos sociales.

El defensor explicó que cuando asumió se encontró con una ventaja: la «herramienta» de la Defensoría era poco usada. «Esto me dio la posibilidad de articularla con más fuerza para mediar en los derechos colectivos. Estaba muy invisibilizada, se usaba con una función primaria. Pero no se la usaba como órgano de control con manejo por sobre las estructuras del estado. Fuimos aprendiendo, creamos los expedientes y otras herramientas como el observatorio de personas mayores. Creamos programas para el acceso a la tecnología, y otros que se fueron creando a medida que aparecían las necesidades. Convocamos a todos los sectores y pudimos hacer alianzas estratégicas para solucionar los problemas del vecino.»

El agua potable aparece como una de las temáticas que más requirió la intervención de la Defensoría. «Nos encontramos con barrios enteros que no tenían acceso al gua potable. Y no hablamos de barrios populares, que sería más esperable. En la mayoría de los casos accedíamos ante la necesidad de la regularización dominial. pero a partir de ahí trabajamos con el acceso al agua potable a través del esfuerzo compartido. El vecino ponía los elementos y la obra la hacían el estado y Samsa. Intervenían todos. En una obra que valía 10 millones el vecino terminaba pagando 300 mil pesos en cómodas cuotas».

Con mucho orgullo Penayo destaca que esta forma de trabajo le valió el reconocimiento de la Universidad de Alcalá. «Hemos sido reconocidos en el Manual de Buenas Prácticas», explica. «Participan Argentina, Colombia, México y España», añade.

¿Y el transporte urbano de pasajeros?

Otro de los problemas recurrentes en la ciudad es el de los colectivos. En ese sentido, Penayo fue muy enfático al señalar que la Defensoría sólo puede actuar en el acceso a los servicios. Es la municipalidad quien tiene que controlar la prestación del servicio. Y también está Defensa del Consumidor. ¿Dónde intervengo yo? Por ejemplo en San Isidro, donde me llamaron porque no llegaba el colectivo. Ahí si puedo meterme, pero yo no puedo tomar atributos que no me corresponden».

Explicó en ese sentido que se pudo resolver en varios casos la problemática del acceso. Se formaron mesas de discusión con EUTA (que «no me pueden ver ni en figuritas», bromeó). Y fue más allá: «deben estar festejando que se va este pesado».

Respecto a la tarifa agregó que fue a las audiencias públicas, siempre reclamó que se informen los componentes de la tarifa, «pero nunca se puede discutir». Pero reiteró que la cuestión no está en sus atribuciones.

El retiro del Estado

El nuevo gobierno nacional que asume el 10 de diciembre propone el retiro paulatino del estado de distintas esferas. Ante esto, Penayo se mostró preocupado. Específicamente por gestiones que quedan inconclusas, como en el barrio San Lorenzo y otros. Se pregunta qué pasará si ya no existe ese rol arbitral y quedan los vecinos librados a su suerte.

En ese sentido expresó que se «va a trastocar la relación con el vecino de manera sustancial». Si bien admitió que el gobierno provincial tiene otra mirada política, advirtió que el financiamiento de los distintos organismos depende en muchos casos del poder central. Especuló que si se trasladan todos los costos a las provincias, difícilmente se pueda contar con recursos para hacer frente a este tipo de gestiones.

«Va a depender de la estructura y la musculatura del gobierno provincial generar esa fuerza de entrada, para mí tiene que ser de la producción. que facilite un mercado de participación real y no caer en un esquema de subsidios. Si Nación no va a coparticipar más, habrá que ver qué va a pasar. Va a ser una tarea titánica para los funcionarios, porque como dice Moreno, ‘contigo pan y cebolla’ no funciona. Acá hace falta un gobierno de unidad nacional».

El traspaso

Penayo explicó que todo el trabajo que se hizo está desglosado en los expedientes, que fueron incorporados al patrimonio. Esto le va a permitir a la nueva gestión continuar los trámites. Y al Tribunal de Cuentas le va a permitir el contralor, ya que todo está registrado en las actas. Recordó que «cuando asumí no teníamos nada. Hoy existe un mobiliario importante, 50 computadoras actualizadas, impresoras láser. Incorporamos también prácticas como mecanismos de investigación de campo y un equipo de profesionales de varias disciplinas. Nos permite tener una cosmovisión más integradora».

Con respecto a la continuidad de las políticas de la Defensoría, Penayo expresó que confía en la continuidad en la gestión de Valeria Fiori. «Ella tiene muy claros los mecanismos de mediación. Aunque yo trabajé mucho en la mediación colectiva, que es muy particular. En una mediación, dos personas se someten a un diálogo del que va a surgir la solución. En el caso de la mediación colectiva, no se espera que surja la solución de las dos partes. El carácter es más arbitral, te convertís en un árbitro, lo que exigís es el cumplimiento de las normas.

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