BATALLAS DE HIDROGEL
La moda se extendió rápidamente a lo largo de la frontera entre Argentina y Paraguay. Las armas de juguete van desde pequeñas pistolas hasta ametralladoras. Las municiones son bolitas de hidrogel, que si bien no son letales, pueden acarrear serias consecuencias. La diversión consiste en disparar contra cualquiera, principalmente desde automóviles. A través de las redes convocan a enfrentarse en batallas campales.
Esta forma de diversión hizo eclosión durante las fiestas. Sorprendió a miles de personas que se arrimaron a las costaneras a disfrutar del encuentro con amigos o familiares. Y de pronto el impacto, porque el chiste consiste en balear a cualquiera.
La demanda es incesante en ambas márgenes del río Paraná. Los precios oscilan entre los 10 y los 80 mil pesos. Y las consecuencias comenzaron a preocupar a las autoridades, al punto que los medios nacionales tomaron nota de la moda.

Infobae señala que la tendencia «comenzó en Paraguay y crece en Argentina. El juego consiste en organizar batallas campales en el espacio público, lo que genera indignación y preocupación en las autoridades, que buscan frenar estas conductas peligrosas».
El jefe de Prevención y Seguridad de Alto Paraná, Paraguay, José Martínez lo dejó en claro. “Si hay que llenar calabozos, vamos a llenar calabozos con este tipo de gente inadaptada”, afirmó, en declaraciones a Más Encarnación.
Señala también que «si bien son objetos no letales, su utilización indebida puede provocar heridas en los ojos y otros riesgos derivados de los enfrentamientos, como politraumatismos y accidentes de tránsito. La manipulación adecuada de estos juguetes es recomendada para adolescentes mayores de 14 años, y estipula no disparar contra personas o animales».
«En concreto, los grupos de jóvenes que se suman a esta práctica suelen acordar estos enfrentamientos en espacios abiertos, como si fueran bandos en un conflicto militar. Al tratarse de espacios públicos, los gobiernos locales empiezan a observar la cuestión como un asunto de seguridad».
Martínez insistió en que las pistolas de hidrogel “no deben utilizarse contra personas inocentes en espacios públicos” y anunció que “quienes incumplan las normativas serán detenidos y puestos a disposición del Ministerio Público”.
En Paraguay hay restricciones
El auge de este juguete también desató la preocupación en comunidades paraguayas como San Antonio, donde su uso en lugares públicos ya ha sido prohibido. Asimismo, en Pedro Juan Caballero, un enfrentamiento entre jóvenes derivó en denuncias, mientras que en Caaguazú, agentes del Grupo Lince confiscaron estos juguetes a dos personas que realizaban disparos en la calle.
En el país vecino, el tema alcanzó a las autoridades del Gobierno nacional. La jefa de División de Importaciones de la Dirección de Materiales Bélicos (Dimabel), Sandra González, precisó que los proyectiles de estas pistolas están compuestos en un 98% por agua y un 2% por plástico, lo que reduce el nivel de dolor al impacto.

Sin embargo, advirtió que el uso recreativo debe limitarse a ambientes controlados, ya que la ingesta accidental o el impacto en zonas sensibles por parte de niños y adolescentes podría causar daños a la salud.
Es lo que sucedió en la localidad de Presidente Franco, en Paraguay. Por un incidente con estos juguetes, un bebé de 10 meses sufrió lesiones leves en brazo y pierna tras recibir disparos de hidrogel. Los disparos tuvieron origen en desconocidos que, sin mediar palabra, tiraron desde una motocicleta negra y se dieron a la fuga.