YERBA SIN CONTROL
El gobierno nacional eliminó la “Hoja de ruta yerbatera” y el “Libro de Movimientos y Existencias”. La medida surgió en la órbita del ministro Sturtzeneger y se publicó en el Boletín Oficial. Profundiza así la política de desregulación iniciada con la eliminación de facultades del INYM a través del DNU 70. A la caída del precio de la hoja verde y los pagos a plazos se suma la eliminación de los controles. La excusa es «eliminar burocracia». Para Ricardo Maciel, «toda la cadena pierde».
Según el gobierno de Milei, esta medida se enmarca en un conjunto de iniciativas que buscan mejorar y simplificar los trámites. Además, reducir costos y facilitar el comercio, en línea con el DNU 70/23 que desreguló totalmente la actividad yerbatera.
El efecto inmediato fue fatal para los productores: el último acuerdo de precios alcanzaba los 500 pesos el kilo de hoja verde. Esa fue la propuesta de diciembre. Hoy, ante la desregulación, los grandes molinos están pagando 120 pesos con cheques a 30, 60 y 90 días. Como contrapartida, en góndola los precios subieron, alcanzando los 5 o 6 mil pesos el kilo.
Para Ricardo Maciel, director y expresidente del INYM, esto «es abrir puerta para la informalidad y competencia desleal como ya sucedió previo a estas normas”.
Recordó que “La Hoja de Ruta yerbatera se creó en el 98 como herramienta para combatir la informalidad. Era útil en los controles de los puestos Filadelfia y Los Cuay”.
“También elimina los libros de movimientos de ingreso y egreso de hoja verde y canchada. Nos obliga a readecuar resoluciones en el INYM. Es abrir la puerta para la informalidad y competencia desleal como ya sucedió previo a dictarse estas normas”, advirtió.
Recordó que antes de la creación del INYM, «uno de los principales problemas era la informalidad del sector. Costó mucho tiempo ordenar y registrar toda la cadena y tener trazabilidad. Que no haya marcas truchas, establecimientos sin garantía de inocuidad de lo que se estaba envasando. Todo eso se corrigió y mucho”.
“Ante la informalidad y falta de normas para controlar, toda la cadena pierde y siempre termina pagando los platos rotos el productor”, expresó.
Por su parte Cristian Klingbeil, productor y dirigente yerbatero destacó la función de las normas eliminadas. Servían para controlar «el movimiento de yerba, quién operaba, dónde operaba, si no compraba yerba robada, si la yerba que movía cumplía estándares”.
Se lamentó que el precio está cada vez más bajo y “el productor está hoy prácticamente regalando su yerba” y comparó con la industria que se encuentra cada vez mejor: “Hay un sector que claramente tenía mucha facilidad y cada vez se le facilita más”.
FUENTE: DIARIO PRIMERA EDICIÓN