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PENAYO VA POR LA REELECCIÓN EN LA DEFENSORÍA

En diálogo con La Otra Campana, el Defensor del Pueblo se mostró muy conforme con la candidatura que no buscó ni propuso. Llegó hace un año y tres meses al cargo para completar el mandato de Alejandro Cohen tras su fallecimiento, y marcó una impronta de acción en busca del reconocimiento de derechos de los posadeños. Ante situaciones críticas como con los servicios de agua y luz eléctrica, no dudó en actuar legalmente en defensa de los vecinos, aún cuando esto pudiera acarrearle problemas internos. Por eso entiende que su candidatura, aún contrariando la práctica histórica de la Renovación de no reelegir a nadie en sus puestos electivos, es una especie de autocrítica.

«Trabajé sin pensar en ser candidato, siento que es una recompensa, me da mucha satisfacción por el equipo, pasó un año apenas pero parece que pasó un siglo. Siento una gran empatía con la gente y tenemos una gran vocación de constancia. En este tiempo hemos logrado mantenernos incólumes ante las demandas. Eso fue generando esa relación tan fuerte y tan rápida con algunos sectores, que a veces me sorprende», dijo el defensor.

No es costumbre política de la Renovación apuntar a la reelección…

Es la primera vez que veo que eso suceda. Y ni siquiera hubo oposición adentro, no se mencionó ningún otro nombre, hasta a mí me llamaba la atención. Por parte de la conducción de la Renovación los mensajes que recibí siempre fueron de tranquilidad, aún cuando hemos tenido confrontaciones hacia adentro, haber llegado a los amparos en la lucha con el agua, haber confrontado con el intendente y haberle ganado, son situaciones que generan mucha tensión hacia adentro. Por eso pensaba que al final del camino me iban a sacar. Y sin embargo siempre me llegaban mensajes de tranquilidad. Siempre tuve la sensación de estar haciendo lo que corresponde. Creo que es un gran mensaje también hacia dentro de la Renovación, ese es el camino, ir y solucionar los problemas, o por lo menos tratar, y más allá del color político la solución tiene que llegar. Me da la sensación de ser una autocrítica en la gestión. Hay que esforzarse por llevar una solución a la sociedad.

Hay un núcleo de acción formado por la Defensoría, la ministra de Derechos Humanos y el diputado Roque Gervasoni. ¿Qué pasó con el tirón de orejas del Superior Tribunal de Justicia?

Ahí nos fortalecimos. Creo que esa fue una muestra clara de que no era esa la intención, por eso hablo de autocrítica, el mensaje fue muy fuerte hacia adentro. La acción que nosotros estamos llevando adelante, la charlamos a los dos días de iniciar la gestión cuando recibo una invitación de Tiki. Estaba Gervasoni, y se habló de la premisa de afrontar todos los conflictos y tratar de darles una solución. Esto te pone en un contexto diferente. A veces llegás a una gestión y decís acá está todo hecho, sólo hay que firmar papeles, y ves que es diferente, tenés que salir porque hay conflictos y no tenés los recursos, se decide ir igual, negociar, charlar. Y así llevamos soluciones importantes a muchos lugares. Ante cada situación iniciamos un proceso de solución. Ese fue el mensaje muy fuerte al principio y los tres nos pusimos a trabajar sin mirar las consecuencias que podría generar hacia adentro. Y la verdad es que nunca tuve frenos, actué como lo establece la Carta Orgánica, atendiendo para no salirme del marco.

¿Y qué te planteás para una eventual segunda gestión?

Hay que profundizar, hay cosas que la Renovación tiene que mejorar, si tengo la posibilidad de ensanchar esta vía de negociación y diálogo con los sectores de menores posibilidades. Hay que revalorizar todo el cuerpo jurídico muy bueno del que disponemos, por ejemplo la Ley del Adulto Mayor que le devuelve ciudadanía. Cuando uno cumple 60 años la pierde, porque te querés inscribir en el IPRODHA y te dicen que no porque estás pasado de edad. Por eso hay que restituir ciudadanía. Yo presenté proyectos tanto en el Concejo Deliberante como en la Cámara de Diputados en ese sentido. Voy a insistir y a profundizar el uso de las normas que están dentro de las garantías constitucionales. Hay muchísimas, como la ley del Renabap que es excepcional y hay que tratar de profundizar. Imaginate que es una ley que declara automáticamente de utilidad pública las propiedades. Yo sé que hay un afectado que es el que tiene la propiedad. Pero convengamos que no la pierde, no va a recibir tal vez el valor que imaginaba, pero si tenés el terreno usurpado te podés pasar la vida entera para recuperarlo. Son normas muy buenas para nuestra sociedad, y tenemos que tratar de trabajar duramente para que el estado provincial adhiera, para que los distintos municipios las utilicen. Hay un disparador que pasa por el intendente que es el que tiene que pedir que el organismo de bienes del estado forme una oficina acá y sino hacer la gestión en Buenos Aires. Hay infinidad de cosas que hay que trabajar y poner en disponibilidad dentro de este organismo hacia la sociedad.

Yo hice modificaciones en la arquitectura de funcionamiento de la Defensoría del Pueblo. Sacamos a la gente a la calle para investigar, pedir intervención de otros organismos. Así que espero profundizar inclusive ese camino. Hay numerosas normas que favorecen a la sociedad, hay que promocionarlas y trabajarlas. Eso obliga a las instituciones que tienen responsabilidades a cumplir sus funciones y hacerlo bien porque acá hay un organismo que las está mirando y les está diciendo que si es necesario vamos a ir a la justicia. Por eso creamos el Observatorio para el Control de Gestión hace dos días. Lo formalizamos a través de la capacitación de todo el equipo y lo vamos a integrar con distintos organismos para que todos tengamos información actualizada en tiempo real. En una eventual segunda gestión vamos a profundizar el uso de las normas, sobre todo aquellas que tienen garantía constitucional.